La reciente investigación de Oxford Economics para SAP publicada por CEPYME destaca una tendencia significativa entre las pymes a nivel mundial: la progresiva adopción de la inteligencia artificial (IA) como herramienta clave para el crecimiento. Actualmente, sólo una cuarta parte de estas empresas utiliza IA, pero se espera que esta cifra aumente a más del 51% en los próximos 12 meses, lo que indica un fuerte movimiento hacia la digitalización y automatización en el sector.
El estudio subraya que el crecimiento sigue siendo una prioridad para los líderes de las pymes. Más de un tercio de los encuestados prioriza la captación de nuevos clientes, el aumento de la cuota de mercado y el incremento de ingresos en los próximos dos años. Además, la innovación en productos, servicios y modelos de negocio se considera un objetivo crucial.
A pesar de estas ambiciones, las pequeñas y medianas empresas enfrentan numerosos desafíos que pueden obstaculizar su crecimiento. Entre los principales obstáculos se encuentran las dificultades para encontrar y retener talento, los problemas macroeconómicos y la incapacidad para escalar operaciones y sistemas de manera efectiva. Además, la adaptación a nuevas geografías y la creación de modelos de negocio innovadores son barreras significativas.
Para abordar estos desafíos, las pymes están invirtiendo en soluciones de planificación de recursos empresariales (ERP) y gestión de relaciones con clientes (CRM). Más de la mitad ya utiliza estas tecnologías, y un tercio planea adoptarlas en el próximo año. Además, el 73% de estas empresas ha implementado soluciones en la nube, beneficiándose de la agilidad, optimización y reducción de costes que estas tecnologías ofrecen.
La innovación es esencial para el crecimiento de las empresas medianas. La integración de datos se considera crucial para crear modelos de negocio innovadores y mejorar la generación de conocimientos. La mayoría de las empresas encuestadas también enfatizan la importancia de la transformación digital continua, con un 76% acelerando este proceso.
Aunque sólo una cuarta parte de las empresas medianas utiliza actualmente IA y aprendizaje automático, más de la mitad planea adoptarlas en el próximo año. Se espera que estas tecnologías mejoren significativamente el diseño y lanzamiento de nuevos productos y servicios, así como la personalización y automatización de las áreas de marketing y ventas. Inbenta por ejemplo, es una empresa valenciana que desarrolla soluciones de IA en una plataforma de chatbots para la atención al cliente en el comercio minorista.
La inversión en tecnologías digitales ha aumentado notablemente en los últimos años, impulsada por la adopción del teletrabajo y los avances en IA. En 2022, las organizaciones en las principales economías gastaron más de 2 billones de dólares en tecnologías digitales, con una tasa de crecimiento anual del 6,4%. Se prevé que esta tendencia continúe, con un gasto que podría duplicarse para mediados de la década de 2030.
Beneficios y retos de la IA para las pymes
La integración de soluciones de IA generativa ofrece numerosos beneficios a las pymes, incluyendo:
- Mejora de la eficiencia operativa: La automatización de procesos permite a las empresas reducir costes y aumentar la productividad.
- Análisis predictivo: Herramientas avanzadas pueden prever tendencias y comportamientos del mercado, facilitando la planificación estratégica.
- Personalización: La capacidad de la IA para analizar grandes volúmenes de datos permite ofrecer experiencias personalizadas a los clientes, mejorando su satisfacción y fidelidad.
Sin embargo, la adopción de estas tecnologías también presenta desafíos significativos. Las pymes deben enfrentarse a la necesidad de invertir en infraestructuras tecnológicas adecuadas, capacitar a su personal y asegurar la gestión ética de los datos. Además, la rápida evolución de la IA requiere una actualización constante de las habilidades y conocimientos para mantenerse competitivas.
Nueva regulación de IA de la UE: garantizando un uso seguro y ético
La Unión Europea ha avanzado significativamente en la regulación de la IA con la propuesta de una nueva ley cuyo objetivo principal es mitigar los riesgos asociados al uso de esta tecnología. La ley aborda aspectos cruciales como la salud, la seguridad y los derechos fundamentales de los ciudadanos europeos, estableciendo un marco normativo para garantizar que los sistemas de IA se desarrollen y utilicen de manera segura y ética.
La normativa introduce una clasificación de riesgos para los sistemas de IA, dividiéndolos en cuatro categorías: riesgo inaceptable, alto riesgo, riesgo limitado y riesgo mínimo. Esta clasificación permite una regulación diferenciada, centrando los esfuerzos regulatorios en aquellos sistemas que representan mayores peligros.
- Riesgo Inaceptable: Esta categoría incluye sistemas de IA que se consideran una amenaza para la seguridad, los derechos fundamentales y la privacidad. Un ejemplo es el uso de sistemas de identificación biométrica en tiempo real en espacios públicos sin el consentimiento explícito de las personas. Estos sistemas están completamente prohibidos bajo la nueva ley.
- Alto Riesgo: Los sistemas de alto riesgo son aquellos que pueden tener un impacto significativo en la vida de las personas, como los utilizados en sectores críticos (salud, transporte, educación, etc.). Estos sistemas deben cumplir con estrictos requisitos antes de ser comercializados o utilizados, incluyendo evaluaciones rigurosas, certificaciones y la implementación de medidas de gestión de riesgos.
- Riesgo Limitado: Para los sistemas que presentan un riesgo limitado, la ley exige medidas de transparencia específicas. Por ejemplo, las aplicaciones de IA que interactúan directamente con los usuarios deben informar claramente que están utilizando IA. Esto incluye asistentes virtuales y chatbots, que deben ser reconocibles como tales por los usuarios.
- Riesgo Mínimo: La mayoría de las aplicaciones de IA actuales caerían en esta categoría. Estos sistemas presentan un riesgo mínimo y, por lo tanto, están sujetos a menos regulaciones. Sin embargo, la ley fomenta las buenas prácticas voluntarias y la auto-regulación en este ámbito.
La transparencia es una piedra angular de la ley. Los desarrolladores y operadores de sistemas de IA deben proporcionar información clara y comprensible sobre el funcionamiento de sus tecnologías, incluyendo cómo se toman las decisiones automatizadas. Además, se establecen requisitos de documentación y trazabilidad para asegurar que los sistemas de IA puedan ser auditados de manera efectiva.
La ley también refuerza los derechos de los ciudadanos en relación con la IA. Las personas tendrán el derecho a recibir explicaciones sobre las decisiones automatizadas que les afecten significativamente, y podrán cuestionar estas decisiones. Asimismo, se garantiza el derecho a no ser objeto de decisiones basadas únicamente en el procesamiento automatizado sin una revisión humana significativa.
El incumplimiento de la ley puede resultar en sanciones económicas severas, con multas que pueden alcanzar hasta el 6% de la facturación global anual de la empresa infractora. La ley también tiene una aplicabilidad extraterritorial, lo que significa que las empresas de fuera de la UE que deseen operar en el mercado europeo deben cumplir con estas regulaciones.
Si bien la ley impone restricciones significativas, también busca fomentar la innovación en el sector de la IA de manera ética y segura. Se prevé la creación de sandboxes regulatorios, entornos controlados donde las empresas pueden probar nuevas tecnologías bajo la supervisión de las autoridades competentes.